28 de enero de 2011

El regreso

Día 14:
En el día 13 de las vacaciones, y como no podía ser de otra manera, se me acabó el gas. Y fue justo cuando me estaba bañando... Total que me tuve que bañar con agua fría... Tampoco fue tan terrible y no me hice demasiado problema. La idea era cambiar una garrafa por otra. La de repuesto no estaba llena, sino que tenía como un cuarto. Pero cuando fui a hacer todo el procedimiento.... se puso complicado. Metí la mano por el hueco que hay entre el techo de la casilla y la puerta y probé de cerrar la rosca. Pude. Pero después no pude pasar la manguera para la otra. Subí a buscar las llaves del candado. Traje el llavero correspondiente. Pero ninguna de las llaves era la correcta. Volví a subir y encontré dos llaves sueltas (era un candado nuevo, el anterior se había oxidado). Al final pude abrir el candado pero ni caso con la manguera. Fui hasta la casa del encargado. Pero no estaba.
Estaba todo nublado y parecía que se iba a largar a llover. Yo justo había pensado volver al Havanna a usar el wi fii para escribir en el blog y tomar la merienda. Y estaba ahí viendo qué hacer.... y al final me decidí y me fui rápido. En tal caso si llovía me podía tomar un taxi. Además ya tenía que ver de sacar plata del cajero y reservar el taxi para el día de hoy. Eso fue lo que hice.
Hoy me toca regresar. Arranco desde temprano con los últimos preparativos para cerrar el departamento. Hago una lista. Es que dejar cerrado el departamento por todo el año es mucho, como también la responsabilidad de no olvidarte nada. El tiempo no pasó volando, sobre todo cuando ya no tenía nada más para hacer. Estoy un poco asqueada y prefiero no almorzar. El micro sale a las 15.30 horas. Ayer le pedí al taxi que me trajo si me podía venir a buscar a las 14.30hs. Me dice que sí y le pido un teléfono por las dudas.
Es la 1 y espero a que pase el tiempo leyendo un nuevo libro que me regaló una amiga (la de Mar del Plata) para mi cumpleaños. Es de Manuel Puig y se llama ¨ Cae la noche tropical¨.
A las 14 horas ya voy cerrando todo. Empiezo a bajar la valija. Por Dios hay de todo en esa valija... todo lo que traje más lo que tengo que llevar de acá que está sucio, como las sábanas, las toallas. UF!!! Le tengo que abrir el fuelle. Está a tope la pobre. Pobre de mí que la tengo que bajar por la escalera. Además en la mochila llevo la computadora. Y en alguna mano la bolsa con los alfajores. Completo viene el asunto. Bueno, bajo todo y me siento a esperar en la entrada del edificio. Ya me quiero ir. Es que no estoy ni acá ni allá. Espero. Son las dos y veinte. No sé si llamar al taxista o confiar en que se acuerde. Y pienso que por ahí le sale otra cosa y como el viaje mío son apenas diez pesos no creo que quiera venir para acá. Espero. Viene una señora y me pregunta si alquilo porque está buscando para alquilar. Está un poco perdida. Le explico donde estamos. Sigue buscando. Yo sigo esperando. Ya pasaron diez minutos del horario y entonces busco la tarjeta y lo llamo. Y no, no puede, está con otro viaje, pero dice que me manda a otra persona. Espero. Y ¿si no viene?
Pero al final viene. Menos mal. Ya le digo que estaba a punto de llamar a otro taxi, que llegó justo a tiempo. Voy a abrir la puerta del asiento de atrás pero no abre y me dice que me siente adelante. Bueno... Y me pregunta si la pasé bien, que con quien vine, que de qué trabajo. Y cuando le digo que soy maestra jardinera me dice (lo que todos dicen) ayyyy que lindo.... y agrega ¨ya me parecía... ¨ Y yo le pregunto si tengo cara de buena, y me dice... que la voz es de buena. Le digo que si no venía ya no iba a tener voz de buena... y justo llama el compañero, el que me dejó plantada, porque si yo no llamaba no había pensado antes en mandarme a alguien, me hubiera quedado esperando y esperando.
Llego a la terminal. Son las 15 horas. Tengo media hora o menos. Y bueh... creo que acá es cuando me olvido de procurarme el alimento. Algunas galletitas o ¨sanguchitos¨ de miga. Ni bien llega el micro me subo. La otra vez cuando vine habían repartido unos paquetes con galletitas y golosinas y una botella de agua. Estoy esperando ver qué hay en el paquete porque ni bien arranca, y cuando creo se me pasan los nervios, me viene el hambre. En el paquete no hay tantas cosas ricas como hubo en el primero, pero de a poco y no tanto, me voy comiendo todo. Todo tiene forma de miniatura: unos roklets, mani salado, un rollo de dulce leche y chocolate blanco, una barra de cereal (tamaño normal) y un paquete de grisines.
A todo esto esta vez pedí un asiento individual, pero al lado mío en los asientos dobles, se sienta una pareja un tanto especial. Cada uno acá puede sacar sus propias conclusiones...ÉL considerablemente mayor que ella... Todo el viaje de lo más melosos...
El viaje creo que fue el más largo, aunque llegamos media hora antes de lo previsto.
Esto fue todo... Gracias por estar del otro lado...
Hasta la próxima!!

2 comentarios:

Caro dijo...

bueno Gaby! todo tiene un final! lo bueno y lo malo, pero confieso (como buena usuaria de transporte de larga distancia) que pasar muchas horas en un micro con alguien insoportable me devuelve el animal que llevo dentro! jajajaja. Bienvenida querida!

nicolas dijo...

deportes en la play....si uno no los practica son un dolor de cabeza jajaja