30 de agosto de 2014

Nueva visita a las Escuela N# 16 Distrito Escolar 17

El miércoles 27 de agosto tenía programada una visita a la Escuela N# 16 D.E 17. Desde hacía unos meses veníamos coordinando la visita con la bibliotecaria de la escuela: Paula.  

Salí del jardín en el que trabajo muy cansada, pero esperé perder el cansancio en el camino. Y por suerte fue así. Lo dejé mientras viajaba en uno de los trenes nuevos de la Línea San Martín. Me dirigía a Devoto. Al llegar a la escuela, me recibió la Directora que me presentó a la Vicedirectora, y luego fuimos hasta la biblioteca, donde aguardaba Paula. Me convidó con un reconfortante cafecito y unos muffins, que ella misma había preparado. Comenzamos a charlar de la visita. Los chicos de sexto grado habían preparado una entrevista, a raíz de la lectura de Hallazgo en el campamento. (De Los cuadernos de Ulises Fizzi), Del Naranjo. Al poco tiempo llegó la Supervisora, que se sumó a la conversación. 
A la biblioteca la poblaban un montón de monstruos que los chicos, de otro grado, habían confeccionado en un taller con sus padres. (Este taller no tenía que ver con mi visita, sino con la semana de la lectura)

Paula me contó que el día anterior los chicos de sexto habían tenido un taller con sus padres, y que a ellos, les habían relatado mí cuento y entre todos, en grupos, confeccionaron otros finales alternativos. 

En un principio habíamos pensado trabajar con los borradores del cuento, pero como estaba preparada la entrevista, decidimos dejarlos para después si había tiempo. Como también les había llevado el libro ¨Fofoletes¨ (ilustrado por Lucía Mancilla Prieto, Del Naranjo) veríamos qué era mejor. 

Comencé a ver cómo los chicos se iban acomodando en las gradas del salón de actos, donde se realizaría la entrevista. Me presentaron y me dieron un espacio de lujo. Acomodé uno de mis fofoletes (muñeco) en una esquina de la mesa, y también apoyé mis tres libros.


Comenzó la entrevista. Preguntas interesantes, curiosas, divertidas. Preguntas de mi pasado lector, de dónde me venía el deseo de escribir, cuál era mi primer cuento, cuál era el que más me había gustado. A qué escritores admiraba, si me animaría a escribir un cuento de adultos,  si me gustaban los cuentos de terror, y si quisiera escribirlos. Las manos se iban levantando de a muchas voces que querían escuchar una respuesta. Yo tratando de conocer los nombres de los chicos, ensayando respuestas, pensando con ellos. También  me leyeron  dos de los finales alternativos del cuento, me gustaron mucho, muy divertidos y originales. (Me gustaría que me mandaran todos por correo así me quedn de recuerdo)

Ya faltaba poco tiempo, los chicos tenían que ir a otra materia, y entonces me preguntó la Directora si quería  mostrar los borradores o leerles el cuento. Yo preferí leerles Fofoletes. Quería darles un regalo. Y comencé a leerlo. Creo que era la primera vez que lo leía, fuera del ámbito de amigos y familiares. Mi primer público de verdad. Lectores. Los sentí atentos, escuchando. Hasta que llegó el final y alguien se sorprendió y esbozó una duda: ¨pero ese final no termina¨. Y entonces les hablé del libro, del contexto histórico en el que está escrito (la dictadura militar), y que hubo un tiempo en el que por temor, las personas tenían que quemar, esconder o desaparecer sus libros. Al decir desaparecer uno de los chicos dijo: Ah, ya sé. Y otro de ellos intentó explicar o contar algo, pero no logramos entender, aunque seguramente era difícil también explicar, decir. Les dije que era un libro para pensar, y que por eso no tenía un final cerrado. 

Al terminar se acercó uno de los chicos: Stefano, y me pidió que le dejara un recuerdo en un papelito. Luego de la valentía de uno, llegaron los papelitos de otros como Sabrina, Karina, Stefanía, Adamary, dos Brendas, Kevin, Florencia, Aylen, Gisela, Mariana, Lucas, Thaís, y otros chicos que no recuerdo sus nombres, pero sí sus caritas, sus abrazos, su cariño. 

¡Me encantó ir a visitarlos y charlar con ustedes!

María Gabriela Belziti

Pd:  ¡Y gracias por los bombones!