6 de julio de 2012

Manzanas




Esta historia sucedió hace mucho y en un pueblo. En  ese que les contaba que era más chico que una pelusa. Cinquefrondi. El pueblo donde nació mi papá en Calabria (Italia).
En esta historia, como dije, es de  un pueblo y ahora le sumamos  una tía. Una tía joven. Muy joven. Casi una niña. La Tía Elvira, por quién mi papá tenía adoración.
Contaba papá y la otra vez recordamos con mi prima Tere (la hija de la Tía) que Totó chiquito como era seguía a la´Tía para todos lados. Y una vez, la tía iba a recolectar manzanas a otro pueblo (¿sería Polistena?) y se fue sin darse cuenta que unos pasos más atrás la seguía su sobrino.
Totó no se dejó ver, pero Totó era chiquito, tendría unos cinco años calculo. Es decir, chiquito, travieso y un  poquito desobediente para escaparse. Totó, como era de esperar, se cansó de caminar y caminar. Cuando la Tía lo vio ¿qué es lo que habrá dicho? Seguramente habrá estado sorprendida. Quizá hasta lo haya retado. Pero el amor lo pudo más y finalmente, la Tía terminó cargando las manzanas y  a un pequeño Totó dormido.

Totó siempre contaba esta historia. Se reía pero también le hacía acordar tanto, tanto a su tía.  La historia de una´Tía y un Amor tan enorme por su sobrino.

No hay comentarios: