7 de marzo de 2010

Les escribo desde Londres


29 de julio de 2009

Queridos amigos:

Acabo de llegar a Londres. Estamos en el barrio de Chelsea. Queda cerca de un estadio de futbol, creo. Es un barrio residencial de lo más precioso. Es que los hoteles del tour son re top. Nada que ver con los hoteles a donde yo puedo ir....Decentes los otros, pero nada de lujos.
La mañana de hoy comenzó bien temprano. Salimos de París hacia el puerto de Calais. Cruzamos la aduana. Advertencias: no se puede sacar fotos, y es mejor poner cara de buena gente para cruzar la frontera. Así y todo mi pasaporte es mágico. Es una bendición formar parte de la Unión Europea. Aunque el Reino Unido no está dentro de la Unión tiene ciertas ventajas serlo. Fui una de las primeras y después a esperar a los demás. Por suerte pasamos todos sin problemas. Los 44.
Después estuvimos un rato largo esperando para subir al ferry.
El viaje duró unos 70 minutos que se pasaron navegando entre el free shop y disfrutar del sol en la cubierta. Algunas fotos con todos los pelos al viento…
Y cruzamos el canal de la Mancha… y llegamos a Dover… y luego fuimos a Canterbury... un pueblecito con una bella catedral muy antigua....allá íbamos detrás del paraguas inmenso de María. Canterbury me suena por los cuentos… pero confieso que no leí ninguno.
Hubo tiempo para dar una vuelta. Comprar un helado. Visitar la iglesia.
Otra vez al bus... al hotel de Londres. A la mañana la visita por la ciudad y si no llueve el cambio de guardia. Y luego el tour ofrece una visita opcional al Castillo de Windsor. De todas las excursiones opcionales ésta merece la pena (a mi entender). Si hay algo que aprendí en el viaje a Italia es a no atolondrarse y comprar todas las excursiones de ante mano. Ya que la mayoría de las veces me arreglo mejor por mi cuenta: caminando y conociendo lo que en verdad deseo, que lo que organizan otros por mí.

Hasta la próxima

30 de julio de 2009

Con algunos de mis compañeros del tour (los de habla hispana: argentinos, mexicanos) arreglamos para ir por la mañana a las tiendas Harrod´s. Como no tenía nada demasiado armado para Londres me ¨ colé ¨ con mis compas. A las 9 de la mañana era la cita en el lobby. Partimos hacia las tiendas. En el camino pregunté en una peluquería Tony & Guy por un video de cortes de pelo (que me había encargado mi peluquero en Buenos Aires). No se vendían ahí, sólo en las academias, que quedaban por calles que no pensaba encontrar. Seguí camino y entre medio presenciamos la evacuación de un hotel que se estaba incendiando. Bomberos ingleses y mucha gente del otro lado de la calle. Cruzamos y seguimos andando.
Cuando llegamos a las tiendas con los toldos verdes tuve un leve recuerdo de las tiendas de Buenos Aires, a las que alguna vez me parece haber ido con mi amiga Aldana y su familia.
No me atraen estos lugares en lo más mínimo y después de una hora adentro (el tiempo se evapora) decidí partir con Edgardo y Jacqueline. Nos tomamos el Underground, el metro y llegamos al Big Ben. Intentamos sacarnos fotos pero siempre había algo entre medio: un brazo, otras personas, autos. Yo quería entrar a Westminster Abbey pero no mis nuevos compañeros. Ellos dijeron ¨andá tranquila que te esperamos¨. La abadía es inmensa adentro pero la recorrí bastante rápido sin saber del todo quienes moraban dentro. Sabía de los reyes pero también otras personas como escritores (que para variar ahora no recuerdo sus nombres). Me pareció escuchar que afuera llovía y cuando salí Edgardo me mostró el paraguas deshecho y me contó cómo en esos veinte minutos se había desatado una gran tormenta.
Caminamos un poco más juntos sin saber muy bien para donde ir. Yo quería ir al Tate Modern Art Museum que quedaba bordeando el Támesis. Ahí nos separamos. Caminé por el borde del río mientras observaba cómo la gente hacía fila para subirse al Golden Eye, o qué ingeniosas estatuas en movimiento había. Lo que más me llamó la atención fue mirar hacia la playa y descubrir un sillón de arena donde se sentaba un guitarrita y un ¨big thanks ¨indicando donde arrojar las monedas. O también un banco de madera con una placa que decía ¨todos necesitamos un lugar dónde pensar¨. Finalmente llegué al museo y me encantó. Encontrar pinturas de Joan Miró, Jackson Pollock, Henri Michaux, Pablo Picasso, y otros fue increíble. Cuando salí del museo me subí al metro y fui hasta Picadilly Circus donde está otro museo; National Gallery. En Londres todos los museos (que se consideran educativos) son gratis. Faltaba poco para cerrar y cómo no tenía demasiado tiempo fui especialmente a buscar los girasoles de Van Gogh. Y los encontré…

Londres fue una ciudad que me impactó. Al principio no parecía encontrarle el atractivo. Es que París me había deslumbrado tanto y parecía que nada podía ser igual. Me llevó un tiempo procesar el impacto, sentir que a pesar de las diferencias arquitectónicas y estéticas, Londres tenía mucho para degustar.

No hay comentarios: