9 de diciembre de 2009

Los Reyes Magos

 
 
Alrededor de 1943 mamá tenía unos siete años

¨ Cuenta mamá que cuando era chiquita se acercaba la llegada de Los Reyes Magos. Aunque sabía que los reyes no eran magos ni venían desde el desierto, la expectativa era muy grande.
Mamá era la más chica de cinco hermanos. vivían en Villa Urquiza y tenían varios amigos, pero uno les fue con el cuento. Había visto a sus hermanas mayores entrar a la casa de una amiga con varios paquetes.
--Un paquete grande- dijeron Coco y Cachito
-¡Es la muñeca! – respondieron Lydia y Chiche
-Un paquete más chico - siguió la enumeración de regalos-.
-Es el juego de té
Pero había un tercer paquete que era el más pequeño de todos.
Cachito intentaba decir con las manos que era ¨así y así¨.
Pero entre la tía Chiche y mi mamá no pudieron descifrar que podía contener ese paquetito.
Esa noche mamá no pudo dormir.
Hasta que llegó la mañana siguiente y fueron a abrir los paquetes.
Si hay algo que siempre me gustó de la llegada de los reyes magos era toda la preparación que hacía más mágico ese momento. Yo solía estar de vacaciones para la fecha y entonces con mi mamá o mis hermanos íbamos en busca de un poco de pasto para los camellos, un poco de agua para calmar la sed después de tanto viaje. Hasta recuerdo el verde de los potes que usábamos. Finalmente dejábamos los zapatos a la espera del regalo. Ahora me pregunto de dónde vendrá la costumbre de los zapatos…
Volviendo a la historia de esa mañana de reyes…
Mamá cuenta que todo lo que habían pedido estaba, menos una máquina de coser. Mi abuela (María Josefa) solía coser con una máquina, de aquellas que venían con la mesada incluida y el pedal (me animo a agregar). Mi mamá, que todas las tardes se sentaba a coser a mano los vestidos para sus muñecas, soñaba con tener una máquina igual, igual a la de su mamá.

Ya desilusionadas, mamá y la tía se acercaron al último regalo: una máquina de coser que cabía en un paquetito ¨así y así´.

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